por Ariel Ciano
Se cumplen dos años de gestión de Silvana Rojas al frente de Cultura. Y luego de analizar lo efectuado en el área durante todo este tiempo, llegó la hora de pedirle al intendente Arroyo un cambio de rumbo y si es necesario, incluso de funcionaria, porque lo visto hasta ahora deja varios temas sin resolver, en una Mar del Plata con un patrimonio cultural muy amplio, impregnado de instituciones y manifestaciones artísticas de diversos orígenes, que sin duda forman parte del ADN de nuestra ciudad.
Por eso mismo, lamentamos que en la actualidad aquí no sólo no se esté trabajando en promoverla sino que por el contrario, se llega hasta esconderla, como si no existiera; mientras que es un derecho y, como tal, se le quita a los marplatenses el acceso a las expresiones, instituciones, legados y manifestaciones artísticas que en definitiva, significan encontrarse con su propia identidad y la de su entorno.
Pareciera más haber un desinterés y hasta a veces ignorancia en la gestión, pues lo que ocurrió directamente fue la nada misma, es decir, el abandono total que derivó en un vaciamiento drástico y terminante de distintos programas culturas que existían y que, sin dudas, había que trabajar para profundizarlos así como generar otros nuevos y complementarios.
Se hizo caso omiso a los reclamos de centros culturales, organismos artísticos e incluso los polideportivos barriales sin terminar que también son espacios de expresión diversos. Vale mencionar ejemplos como el de Medellín con los Parques Temáticos o en Brasil con el Vale Cultura, ideas que impactan de lleno en los barrios brindando espacios de contención y reduciendo el delito, las adicciones o la violencia callejera.
Haciendo un raconto de la gestión de Rojas, recordamos tristemente algunos hechos como el cierre de la Orquesta Infanto Juvenil y de los talleres culturales en los barrios, la clausura de la Comedia Municipal y el escenario andante, el intento de barrer con el Circo La Audacia seguido luego por un desmerecido destrato, la pérdida de sede de la Secretaría de Cultura y del Teatro Diagonal, el cierre de la Hemeroteca -cuya situación incluso generó preocupación en la UNESCO-, la no realización por segundo año consecutivo del Festival Piazzolla o la no reglamentación de la ordenanza que regula un Banco de Instrumentos Musicales, entre otros tristes acontecimientos.
Por eso, una vez que asumí mi banca de concejal, junto a Mercedes Morro estamos poniendo manos a la obra porque como representantes de la sociedad, no podemos permitir que por este camino de vaciando cultural que avasalla la identidad de Mar del Plata. A raíz de esto, y con el apoyo de varios concejales de otras fuerzas, presentamos proyectos para que se ejecuten los programas Almacenes Culturales, Usinas Artísticas y Liberarte, así como el Banco de Instrumentos Musicales que podría ser fundamental parta restablecer la Orquesta Infanto Juvenil o la creación del Consejo Municipal de Teatro independiente.
Al mismo tiempo, estamos trabajando en proyectos de ordenanza que posibiliten la promoción de la cultura, así como espacios de participación en donde todas las voces puedan ser escuchadas. Por un lado, un programa llamado Cultura Abierta que propone la creación de un espacio institucional dentro del Honorable Concejo Deliberante, para que distintos sectores de la sociedad –todos ellos atravesados por la cultura- como la industria, el comercio, el fomentismo, instituciones y referentes del tema, consensen las prioridades necesarias para fortalecer el rol de la gestión cultural, se propicien espacios de pensamiento y de elaboración de políticas públicas, e incluso se apele a nuevas formas de financiamiento como la de Mecenazgo, que podría ser aplicado solamente para el listado de prioridades que ese espacio establezca, para que sean las voces de la cultura las que determinen cuando puede ser necesario y no el sector privado.
En este mismo sentido, ante el actual reclamo del Circo La Audacia por no contar con un espacio físico durante todo el año, hemos presentado un proyecto de ordenanza de promoción y protección de la actividad circense –el cual ha sido trabajado con ellos y hemos recibido muy buenos aportes de su parte- para generar un régimen que como prioridad apoye los espacios que están en funcionamiento. Además, que aquellos circos que sean declarados de interés cultural y social a nivel municipal como es el caso de La Audacia que realiza sus funciones a la gorra, proponemos que sea la comuna quien al menos les ofrezca un espacio físico y con los requisitos mínimos e indispensables para poder realizar la actividad.
Por otra parte, también hemos presentado un proyecto de ordenanza que regula un régimen de promoción de contenidos audiovisuales, para poder visualizar y potenciar a las empresas TIC y a las industrias creativas locales, que son un sector de pleno empleo justamente en la ciudad con más desempleo juvenil del país, según los últimos datos oficiales.
Una propuesta que aglutina beneficios impositivos para que desde aquí se puedan generar películas, ficciones, spots publicitarios en lo que refiere a los contenidos audiovisuales más tradicionales y, por otro lado, todo lo relativo a plataformas y espacios digitales, con campañas de difusión en la vía pública y jornadas para promocionar el sector, así como concursos audiovisuales, la creación de un archivo digital de la ciudad; herramientas que confluyen a promocionar y potenciar una Mar del Plata del siglo XXI.
Por eso, es hora de tomar conciencia que darle la espalda a la Cultura es no sólo avalar el vaciamiento que están realizando, sino perjudicar a los artistas en su conjunto y a la enorme cantidad de chicos y jóvenes que encuentran en su arte, un espacio de contención y de alternativa a la calle y a las adicciones. Con la Orquesta Infanto Juvenil, cerca de 2 mil chicos aprendieron y canalizaron su talento; y con los talleres culturales en los barrios, alrededor de 13 mil pibes disponían de un espacio sano y productivo para poder ganarle a la esquina. De allí que decimos que ante cada golpe que la sociedad recibe por parte de la Secretaría de Cultura, se pierden oportunidades que afectan a su identidad, la que se va desdibujando.
Por último, quiero remarcar que cuando hago hincapié que estamos ante la peor gestión de cultura que se pudiera recordar, no es sólo una opinión personal, sino mas bien una valoración generalizada y hasta unánime de los últimos ocho secretarios de Cultura que nuestra ciudad tuvo, dando cuenta que se necesita urgente un cambio de políticas públicas de la gestión cultural. Y teniendo en cuenta que Silvana Rojas lleva casi dos años en su puesto y que en todo ese tiempo, no pudo, no supo o no quiso hacerse cargo y resolver los problemas, también sería necesario cambiar a la responsable de esa área. Será entonces una buena oportunidad para que el nombre del futuro responsable sea consensuado previamente por los artífices de la cultura de nuestra ciudad, que tanto lo piden y no se los escucha.
(*): Concejal de 1Pais.